La segunda parte de la entrevista exclusiva realizada por Francisco Ortega, Félix Vega y Gonzalo Martínez a Martín Cáceres. Esta conversación es un adelanto del artbook de Cáceres:El Sueño de la Máquina que se lanzará en abril próximo en el Festival Internacional de Cómic de Santiago (FIC)
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Viñeta de Lebbeus Rahn, publicado en 1993 por Editorial Visuales.
POR CARLOS REYES G.
II
MAMPATO Y EL SECRETO DE MARTÍN.
Francisco: Están también esos planos de Policía del Karma cuando muestras ese Santiago con un dirigible en primer plano y tienes una ciudad totalmente nueva y al mismo tiempo montada sobre un Santiago reconocible. Es como si hicieras una película con efectos especiales dentro de un cuadrito. Los fondos son parte de la historia. Tiene esa cosa de Themo Lobos en El cruce de Los Andes cuando hace la típica página entera de un domingo en La Chimba que está llena de detalles o en Mampato y los balleneros en que tienes al barco y están llegando a la isla y todo está lleno de historia, es un montón de layers, de planos (2)
Gonzalo: No sería extraña esa relación entre Martín y Themo porque ambos tienen esa peocupacion por la investigación.
Martín: Yo vi Mampato de muy chico.
Félix: Lo tenemos encriptado por osmósis, como un tatuaje cerebral.
Gonzalo: Y ojo que Mampato es lo que nos libra de ser esclavos de la invasión extranjera.
Félix: De hecho ves a la generación post-Mampato. Quedaron un poco huérfanos y fueron colonizados interiormente…
Francisco: Pero hay una generacion intermedia que fue colonizada por los franceses. Que tiene que ver con la visita de Moebius a Chile, con lo que hizo la revista Trauko.
Gonzalo: Tenían la pará europeo-española-franco-belga.
Coltwalker, publicado en revista Bandido nº 10 de 1989.
Félix: Esto me retrotrae un poco a cuando Moebius contaba esa anécdota que nunca se supo si era cierta o no, en que un día se le quebró la plumilla y tuvo que dibujar con un rapidograph y apareció el estilo Moebius. Según él, cuando volvía a la plumilla y al pincel, era Gir y cuando volvía al rapidograph y al rotulador era Moebius. Ahora, eso lo llevo a Martín. Tú dibujabas con rapidograph.
Martín: Sí.
Félix: Cuando Martín dibujaba con rapidograph, todo su constructo visual era hierático, pero no lo digo de forma peyorativa. Era estóico, estatuario, había una sensación de grandiosidad por esta cosa faraónica, románica, napoléonica que daba justamente el hecho de que el rapidograph no permite un trazo rápido. La velocidad con la que tú entintas transforma no solamente el grosor de la línea, sino que incluso cambia la gestualidad de la línea. Como dibujabas con rapidograph la línea era más lenta y eso daba esa cosa estauaria. Cuando te pasaste a la tablet, yo sentí la diferencia. Tu dibujo se soltó. Yo sospecho que es porque con la tablet el entintado es más rápido.
Martín: Pero es que hay otra cosa.
Carlos: Este es el secreto de Martín (risas)
Martín: Está bien. Estoy de acuerdo con lo que dices, pero te falta otro paso. Descubrí los rotuladores. La tinta no es negra y es más cómodo que el rapidograph que era una gueá desagradablemente delicada. Había que estar preocupado de la punta, del pelito.
Félix: Era como estar todo el día operando córneas.
Martín: Era horrible.
Gonzalo: Era como dibujar con un clavo.
Félix: Como dibujar con un alfiler.
Martín: Además que nosotros no teníamos acceso a papeles de muy buena calidad. El tema es que yo ocupaba el rapidograph porque había estudiado diseño. Después me cambié a los rotuladores y después a la tablet. Yo no sé si me demoro menos en el entintado, pero la tablet tiene una cosa y es que capta la presión del lápiz. Puedes hacer una línea determinada con una presión determinada, pero si haces otra presión, esa línea va a ser de acuerdo a esa nueva presión y va a ser una línea con otras características. Hay una sensibilidad mecánica traducida por medios electrónicos que no la tiene ningún otro medio.
Web cómic: JagdKommando, publicado por entregas en Ergocomics, 2003
Gonzalo: ¿Nunca trabajaste con plumilla y pincel?
Martín: Sí, tengo hartas cosas. El dibujo mío que tienes en tu casa, creo que está hecho con pluma. No estoy seguro
Gonzalo: Igual es como Martín Cáceres.
Carlos: A pesar del cambio de instrumento sigue siendo Martín Cáceres.
Félix: No está ese cambio de Gir-Moebius.
Carlos: Claro, no hay esa transformación radical.
Martín (Toma un original de la mesa): Este es plumón. El negro no es negro.
Gonzalo: Y se nota. Hay tinta y distintas calidades de plumón ahí.
FIN PARTE 2 DE 5.