Locke & Key: Cerradura sin forzar

Por Leonardo Navarro

Hay personas que tiene talento natural. Es el talento con el que se nace y que a veces se hereda de padres a hijos. En los tiempos modernos, se ha cuestionado mucho este argumento, por determinista, por no ajustarse a las leyes de la biología, por miles de otras razones que no vienen al caso en una crítica de historietas. Y si tenemos que referirnos a este tema, eso es culpa de Joe Hill.

Hill, como muchos sabrán ya, es hijo de Stephen King. Su mamá, Tabitha King (antes Spruce) también es escritora. Se crió en un ambiente rodeado de libros, con un papá metódico al escribir y bastante prolífico, con un estilo característico y unas inclinaciones temáticas y de personajes que son fácilmente reconocibles para quienes somos sus seguidores.

Joe decidió tomar el camino más difícil como escritor, pero que entendiblemente era lógico: adscribirse al mismo tipo de literatura que hace su papá. Para su fortuna, escribe muy bien. Escribe condenadamente bien. Son buenos sus cuentos, son buenas sus novelas y -¡vaya, sorpresa! –también son buenos sus cómics.

Locke & Key es su trabajo más reconocido, una serie co-creada con el dibujante chileno Gabriel Rodríguez, y por el cual Hill ganó el premio Eisner a mejor guionista este año, y Rodríguez fue nominado como dibujante. La serie ya va en su quinto arco argumental, pero hoy nos referiremos al primero, Bienvenidos a Lovecraft.

Antes, es necesaria una aclaración útil a quienes no se manejan mucho con el inglés. Locke & key es un juego de palabras. Si bien en un primer nivel se refiere al apellido de la familia protagonista y a la casa (la Keyhouse, o casa llave), en un segundo nivel alude a la cerradura (locke), y la llave (key) que la abre. Y, como descubriremos en este y los volúmenes siguientes, la familia Locke es la guardiana de las llaves mágicas de este mundo. Ellos son la cerradura de seguridad para mantener alejados a seres bastante peligrosos para nuestra realidad.

Locke & Key. Bienvenidos a Lovecraft cuenta la llegada de la familia Locke al pueblo de Lovecraft, luego que el pater familias –un orientador escolar- fuese asesinado por un ex alumno en California. En Lovecraft se halla Keyhouse, la mansión familiar que mantiene Duncan, hermano del fallecido Rendell Locke. Ahí es donde Nina, la viuda, y sus hijos adolescentes Tyler y Kinsey, más el pequeño Bode, deberán tratar de rearmar una existencia rasgada por el violento ataque de dos desequilibrados sociópatas.

Como corresponde a una historia de horror/misterio/sobrenatural, la casa esconde secretos: un espíritu que habita un pozo abandonado, una serie de llaves que permiten morir, o abrir puertas a cualquier parte y un largo etcétera (que se verá en siguientes historias), y además el asesino loco se pone en marcha para terminar en Massachussets lo que dejó inconcluso en California.

Entre medio, las adaptaciones a la nueva escuela, los sentimientos de culpa, y los dolores de una familia que se adapta a vivir incompleta.

Hill es diestro en su arte. No sólo logra manejar con fluidez los cambios temporales –la primera mitad del libro recurre a varios raccontos y flashbacks-, sino además logra contar con precisión distintas partes de la historia desde el punto de vista de cada uno de los chicos Locke y el del desequilibrado asesino Sam Lesser (otro juego de palabra: su apellido significa inferior, y el personaje sufre de una pésima autoestima). Más aún, hacia el final del libro realiza los cambios dentro de los márgenes de lo que era originalmente un número individual de 24 páginas, una gran proeza para quien estaba realizando sus primeros guiones de cómic.

Un espíritu maligno.

El uso de raccontos es una técnica que Hill practica también en sus novela, pero lo que definitivamente llama la atención es la habilidad con la que logra definir y presentar a los personajes protagonistas en apenas un par de página, pero cargadas de sutilezas emotivas, de drama y de tensión. La familia Locke es totalmente real, veraz, actúan como personas antes que como personajes; sus diálogos son precisos, pero totalmente creíbles en un contexto cotidiano. El oído de Hill para el diálogo es una clara herencia de su padre y de su gusto por Elmore Leonard, otro maestro del habla transcrita.

Hill, además logra crear atmósfera, un clima de desasosiego, de permanente calma justo antes de la tormenta. Y en este punto es vital la colaboración de Rodríguez. Dueño de un estilo a medio camino entre el realismo y el cartoon, el chileno es capaz de trasladar estas sensaciones al terreno gráfico, además de resolver de forma brillante las innumerables elipsis que marcan el relato.

Portada de Bienvenidos a Lovecraft.

La formación arquitectónica de Rodríguez es definitivamente uno de sus mayores cartas de triunfo. El nivel de detalle, de cuidado por los fondos y la ambientación, la ausencia de espacios vacíos que delaten que estamos leyendo una ficción nos gritan una y otra vez como lectores que Locke & Key es una historia verosímil. Y otro punto fuerte suyo es el encuadre: planos, contraplanos, picados y contrapicados, tomas cenitales: todo fluye de una forma limpia, narrativamente clara, pero al mismo tiempo preciosista. La escala de planos utilizada es perfecta y se ajusta a las necesidades emocionales de la historia. Realiza el cambio de un plano americano a uno medio o a un primer plano justo cuando sirve la fuerza que ese plano puede entregar. Y tiene soluciones brillantes, como una escena casi al final donde el gutter (espacio entre las viñetas) es la puerta que separa a los personajes que dialogan de una viñeta a otra.

La edición chilena de Arcano Cuarto (AIV) es muy buena. La traducción es impecable y neutra, aunque algunas palabrotas o fraseos de improperios son típicamente chilenos. Además, contiene algunas ilustraciones y sobre todo un postfacio de Rodríguez que sólo la edición chilena contiene en todo el mundo. El papel es bueno y el empaste también, y se nota resistente. Se agradecen las ediciones así de cuidadas de material extranjero.

En resumen: una de las mejores obras extranjeras editadas en español en Chile en lo que va de este año.

Locke& Key. Bienvenidos a Lovecraft.
Guión: Joe Hill
Dibujos: Gabriel Rodríguez
Color: Jay Fotos
Editorial Arcano Cuarto /IDW publishing (edición original)

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