Informe Tunguska: Explorando las interzonas

POR ALEXIS FIGUEROA

Alexis Figueroa es poeta y escritor. El presente texto fue leído el viernes 31 de Julio de 2009 en el lanzamiento de la novela gráfica: “Informe Tunguska” realizado en el auditorium del Centro Cultural de España (CCE) en el contexto del festival “Viñetas del fin del mundo”, organizado por el CCE y Ergocomics. Figueroa es el guionista de esta novela gráfica dibujada por Claudio Romo. Ambos viven en la región del Bío-Bío, en el sur de Chile. Agradecemos a Alexis el que nos permita publicar su texto en nuestra web.

 

I. Podría decirse que históricamente, grabado y dibujo, reunidos en el entorno de la “ilustración”, han sido un procedimiento posible de la literatura, en su definición como estampa que adorna o documenta un libro. Y sin embargo, es en su misma definición donde hallamos ya delimitada su “zona de desplazamiento” -y de pertenencia, en términos de legitimidad- respecto a lo literario. Acaso en los vaivenes de nuestra cultura, hayamos considerado como más relevante un grabado que –precisamente- documente un libro, a partir del adagio vulgar: “una imagen vale más que mil palabras” -sobre todo si encarna noticia, dato o especificación de carácter referencial-, que la escenificación del discurso fantástico transportado desde su palabra a un eidos de tinta que ampara y aplica como prótesis de la realidad.

II. Desde hace más de un año, junto a Claudio Romo, hemos desarrollado un trabajo que combina los procedimientos gráficos con la literatura, acercándonos a un punto medio, de cierto carácter experimental, desde nuestras respectivas prácticas y saberes. Yo, como productor de textos, valga también “escritor”, y Claudio en tanto artista gráfico, buscando la imbricación de un producto que se mueve en la zona aún difusa del “libro ilustrado”. Y digo difusa puesto que abarca productos posibles de situar tanto desde una tradición milenaria, como contemporánea, y que en lo contemporáneo genera híbridos demostrativos de un desplazamiento desde el grabado tradicional y la literatura hasta la gráfica narrativa, potenciada a partir del surgimiento del libro –y sus auxiliares técnicos de impresión, ilustración y diseño-como actividad industrial. Es así que nuestro trabajo se inicia con la realización de “Fragmentos de una Biblioteca Transparente”, un libro que, recolectando ilustraciones y trozos de una biblioteca inexistente, desarrolla un literatura fantástica de investigación cultural: en sus páginas transparenta mecanismos y artilugios aplicando imaginería e información, siendo su resultado, un apócrifo que extrae, inventa, diseña minihistorias que desdoblan nuestra inmediata realidad. El apócrifo como producción literaria aparece con frecuencia en términos de manuscrito encontrado, situándose el posible autor, ya como un comentarista, editor o descubridor, impelido tanto por la vocación de comunicar y brindarlo a la luz, como por su trabajo de enmascaramiento y pasión de inventar. Libro supuesto, se ampara en la Literatura y su principio de realidad, para fingir lo real. Un ejemplo contemporáneo es el texto “Un vacío perfecto” de Stanislaw Lem, en el cual se presentan prólogos de diversos autores a libros imaginarios. Prólogos “reales” de libros “irreales”, presentados a su vez por un prólogo en que el autor (¿) cuestiona y desmiente en un circuito de espejos de tiempo y presencia, su realidad como autor.

La factura de los “Fragmentos de una Biblioteca Transparente”, nuestro primer libro, se inscribe en esta tradición, aun siendo producto de un método original. Se me dio en tanto escritor, un dossier de ilustraciones temáticamente agrupadas, solicitándoseme la construcción de historias que las contextualizaran, en términos de discurso, en base a fragmentos coleccionados de libros inexistentes que cubrían lo apócrifo –o aún, lo acentuaban- en base a la simulación de sus datos más fidedignos, es decir, la fabricación del espacio de cita conforme el canon editorial. A decir de Claudio Romo, trátase de un libro concebido como objeto de edición experimental, convertido en espacio integrador de distintos lenguajes y que permite un nuevo paisaje de visibilidad, circuito, y tránsito, que supera la simple exposición de galería –en el caso del grabado tradicional-, o el consumo por parte de un pequeño grupo de entendidos o iniciados –en el caso de la literatura. Un libro en suma, que se ubica en los nuevos diseños posibles de una producción artística, situada en una habitación medianamente legítima de la fantasía. A decir mío, se trató de un trabajo al revés, en que como escritor, debí hacerme cargo de las labores de ilustrador. Convencionalmente, el ilustrador trabaja en razón periférica accediendo a la mostración ocular del texto narrado; en mi caso, al recibir de antemano un conjunto de láminas que si aún no narraban, decían historias. Hube de concebir los textos en que se relataran, concibiendo textos respecto de las cuales éstas fueran una afloración. Así, al modo de una ascética del estilo, o mejor, del catálogo de las emisiones, se fue conformando un trabajo en que fotografía, comic, ilustración, carta, revista, informe, conferencia, diario…conforman un espacio de operación. Que es simulacro de veracidad. Y es que justamente, en su base, el proceso que culmina en el libro, es producto de una colaboración, de parte de manipuladores de arte y sentido, que proyectan la obra desde la potenciación de un discurso –o diseño- entrelazado, al modo de una metonimia del significante empleado.

Alexis Figueroa y Claudio Romo, guionista y dibujante de la novela gráfica Informe Tunguska, editada por LOM.

 

III. Pero entremos ahora a Informe Tunguska, lo presentado hoy aquí. En un segundo momento, nuestro trabajo, ya definitivamente orientado a la exploración de interzonas, buscó la construcción de una unidad artística que reuniera elementos de literatura, gráfica e iconografía. Siendo uno de nuestros objetivos la visibilización del comic como un elemento artístico contemporáneo capaz de aglutinar en sí técnicas, procedimientos y tradiciones de múltiples disciplinas, siendo un objetivo también el mostrar la validez de los “universos-ficción” de la fantasía contemporánea, especialmente en un marco de crisis representacional de la realidad, es que se presenta Informe Tunguska: construcción comix de un apócrifo informativo, proyecto avalado por la Sección de Artes Integradas del Fondart Nacional. Se trata de la realización de un diseño que en su base sostiene la idea de un libro tridimensional. Es decir un “libro” que extiende la construcción de sus páginas al espacio de tres dimensiones, concretándose en texto-dibujo en tanto novela gráfica, en ilustración- en tanto grafica de pared, y en lo volumétrico, en tanto escultura cerámica. Su mecanismo de producción se aproxima acaso a lo cinematográfico, es decir, a la manera de un arte que demanda ingentes medios de simulación. De un guión principal, se desprende la imagen de un mundo, encarnándose conforme los medios artísticos en una mímesis de huella, inscripción y espacio-relato. En una especie de “banco de pruebas” Claudio Romo –grafica integrada-, Alexis Figueroa –documentación, texto y guión- y Bárbara Bravo –escultura cerámica-, van ensamblando, diseñando, probando los aparatajes que permitan instalar en el mundo real una distopía sensible –que, en tanto diferencia operable se opone sensiblemente a los mecanismos apócrifos , como resultado de un proyecto multimedial.

IV. Así, Informe Tunguska, novela gráfica, comic experimental, se inicia inaugurando su espacio en la tradición de la “Zonas”de la ciencia ficción: y es que tras los acontecimientos del 2012 y el aislamiento de la Zona Tunguska en la Isla de Chiloé, vino el momento de las explicaciones. La sociedad civil demandó respuestas a sus autoridades. Y aún aceptándose finalmente la incapacidad de tener una certeza de lo sucedido, se elaboraron hipótesis, se postularon modelos sociomatemáticos a la vez que diseños complejos de la arqueoheurística. Finalmente, la presión de grupos ciudadanos alineados políticamente posibilitó disponer de otras formas de investigación, abriéndose el campo a una heterodoxia que propuso la integración de otras áreas del quehacer humano, al proceso científico propiamente tal. Aunque diremos que procesos de este tipo -reconocidos como Prospección por Imaginación Dirigida o Imago Dessing Prospection- ya habían sido legitimados en la década de los 60 del siglo pasado, especialmente en los métodos de Brion Gysin, W. Burroughs y Joan Fontcuberta, por nombrar precursores. En abril del 2012 se licitaron diferentes proyectos de PID, buscando entregar al público las respuestas que la ciencia no pudo lograr. Informe Tunguska: construcción cómic de un apócrifo informativo, fue uno de ellos. Se contemplaba que Documentación, Teoría e Historia del Informe, entregase una hipótesis fuerte de (en tanto probabilística y entre otras desarrolladas por otros investigadores CF: Tesis Hrönir de Tlon, Orbis Tertius, Grupo J.L.Borges e Hipertextual Translations Copy –Plagiarism –Simulacro, de Nicolás Rosa Inc.) de esta realidad. Es así, como nos introducimos en su distopía. Es este concepto un elemento particularmente presente en la Ciencia Ficción. Verbi Gracia, “El hombre en el Castillo” de Philip K. Dick; “Watchmen” de Moore y Gibbons; “Neuromante” de Gibson-, pueden ser definidos como utopías perversas donde la realidad transcurre en términos opuestos a los de una sociedad ideal. Sin embargo, históricamente, el término fue acuñado –en sentido político- a fines del siglo XIX por el filósofo John Stuart Mill. Cito entonces: “La Distopía como una forma de ver hacia adelante la existencia individual y colectiva ha tenido lugar desde siempre, sin embargo, a partir del siglo XX se ha venido estableciendo ─con más fuerza desde la segunda posguerra─ y actualmente es una forma prevalente de criticidad. La Distopía es el concepto antónimo de la utopía. La utopía con su esperanza, con su fe en las capacidades sociales del hombre, con su humanismo, con su sabiduría propia del desapego de lo real, de lo mundano, aparece– ahora- ya no creíble, sin cabida en el juego de las posibilidades; sin fuerza virtual. Sin la potencia de lo posible, de lo que está en acto de ser, en tránsito” (John Maxwell Coetzee, La edad de hierro).

Pues bien, esta peculiar distopía, sucede próxima, apenas un paso delante de nuestra historia civil, visitando un futuro desgajando de la habitual realidad, pero que espejea en su constitución posible, los elementos violentos, macabros –aunque para otros, señeros, salvadores, divinos-de nuestro inmediato pasado. Hemos hecho uso de la física de las ucronías y decimos: en mecánica cuántica, una partícula se desplaza -“vive”- virtualmente como suma de todas sus historias posibles y es el observador quien, al fijar un comportamiento - es decir su “huella” en un horizonte de eventos- selecciona una historia. A ésta - a esto- , llamamos “la realidad”.

En el caso del libro, nuestra realidad. Realidad con algo de gótico y ciberpunk, instaurada en la zona de la fantasía y el comic, gozando del privilegio de su marginalidad. Y es que este tipo de productos asoman recién en el borde de la literatura y el arte oficial: la producción fantástica en Chile abandona poco a poco su invisibilidad, desligándose del ser considerada como pariente bastardo de la Tradición Realista Chilena, gracias a la aparición vigorosa de su campo novocultural. Por citar un ejemplo: “Años luz, mapa estelar de la Ciencia Ficción Chilena”, que en su carácter de antología reúne una muestra de la producción en el género, aparece en el 2006, en una edición de la Universidad de de Valparaíso y Puerto de Escape Ediciones, a cargo del académico Marcelo Novoa, abarcando sin embargo desconocidos 80 años chilenos de producción. Por citar otro ejemplo: el evento en que estamos presentes, con su colección de revistas, fanzines e imágenes, que dan cuenta de una huella constante de la fantasía. Por citar otro ejemplo: la aparición de “Igdrasil”, de Jorge Baradit, que visibiliza –para el lector del país- una tradición contemporánea de ciencia ficción, instalando en el imaginario del público el ciberpunk, el gótico cibernético, el chamanismo electrónico, los múltiples planos de la realidad… Cito entonces: “siendo el fruto de una tradición fantástica borgiana y de una realidad compuesta de mitos precolombinos y residuos industriales de la modernidad, además de desarrollarse en la época de la globalización, el postmodernismo, los videojuegos, el cine digital y de animación, el cyberpunk latinoamericano es una tendencia que se cultiva desde México hasta Argentina, pasando por Cuba y otros países incógnitos en el mundo de la ciencia ficción, como Paraguay y Bolivia. Viéndose como una intuición en los trabajos de escritores canónicos como Ricardo Piglia, Carmen Buollosa o Edmundo Paz-Soldán, el cyberpunk se manifiesta en la escritura de jóvenes autores y creadores interdisciplinarios y colaboradores de fanzines”. (Juan Ignacio Muñoz, Cyberpunk latinoamericano: Distopías, virtualidades y resistencias, Revista Societarts, 2009. www.societarts.com).

Página de Claudio Romo para Informe Tunguska

V. Cuando una obra de arte se expone ante el público, abalanza sus significaciones más allá o más acá de la intención de su autor, revistiendo una corporeidad colectiva, compuesta de múltiples ojos que con su lectura añaden carne y sangre a su nacimiento, en este caso, un nacimiento de tinta y papel. Así, en el blog: http://freakytalescositasmutantes.blogspot.com/ podemos leer: “Hoy en día no existen límites en cuanto a formatos, ya sea en el arte, en el cine, en la literatura o el cómic… todo se entrecruza al arbitrio del creador para dar paso a propuestas eclécticas que, con resultado desigual, dan cuenta de una búsqueda creativa, de un deseo de innovación que pocas veces genera el efecto de originalidad buscado, porque hoy en día, gracias a globalización y a la superposición de influencias aquel viejo adagio que reza “nada nuevo hay bajo el sol” se hace cada día más cierto. Ahora bien, lo novedoso está en ver cómo disponemos o presentamos esas cosas viejas para provocar, inspirar y reflexionar… Informe Tunguska es una obra colectiva que toma uno de los temores más ancestrales de nuestra civilización y que a través del texto, la escultura y la gráfica nos presenta la crónica de un pandemónium made in Chile haciendo propios los códigos del cómic, la literatura de ciencia ficción, la Biblia y hasta el horror cósmico. La verdad es que tanta intertextualidad casi me produjo taquicardia: Un poco de Otomo por aquí, una pizca de Tezuka (la rigidez de algunos paneles me remitió al Tezuka más oscuro de Black Jack), una dosis de Baradit algo blanqueado con un poco de Stephen King (Una referencia a “The Myst”), retazos de Lovecraft y su color que cayó del cielo unidos a unos toquecitos de Kafka con su clásica metamorfosis me hicieron sentir que presenciaba el Collage mejor logrado de la historia, una pieza colectiva que funciona como los engranajes de un reloj y que nos plantea una horrible sociedad estratificada y especializada donde el común de los mortales es mantenido en la desinformación, siendo el “Informe Tunguska” una suerte de archivo desclasificado acerca de los horribles y misteriosos acontecimientos que asolaron la ficticia localidad de un Chile sacado de una realidad paralela”…

Exposición de las esculturas realizadas por la artista Bárbara Bravo, sobre la ficción de Informe Tuguska.

VI. Los constructores de lo raro, los habilitadores de estirpes no humanas –pienso por ejemplo en el Drácula de Stoker, en los seres de Giger, en los personajes del cine de Cronenberg, en los monstruos abyectos de H.P Lovecraft, en los tratadistas de Alquimia Celeste, en el licantrópico erudito Sabine Barig-Gould- tuvieron siempre al oído el susurro de Pan. Diría: su pecado capital, su némesis, fue su esperanza de ver. Porque en la Historia se contempla sólo aquello que no está prohibido. Todo arte que devele, muestre, exhiba las manifestaciones del ojo contemplando su pánico, su deseo, su estro, y en suma su carne, se excluye, signándolo con la rareza y la marginalidad. Acaso, la conquista del ojo, la extensión de sus contenidos legítimos, es lo que señala el momento, la estética de nuestra civilización. Construir otra historia, en la que se murmuren los temas, siempre desusados, amenazadores y extraños de nuestra imaginación, construir la historia del mundo que susurra en la sombra, es tarea del arte fantástico y su alteridad.

Más, como nos murmura un protagonista, tras una extraña y encandilante visión: ¿Puede alguien…? ¿Hay alguna forma de comunicar realmente lo que nos acontece en un sueño? Nos conformamos con reducir a formas simbólicas, cuando no a fragmentos pobremente acomodados conforme a la lógica racional de nuestra conciencia, los momentos vividos en aquello que nombramos “sueño”. Y cuando despertamos, manoteamos por algunos segundos en el caos de nuestros recuerdos, ansiosos por atrapar el relato que hilvanó nuestra mente dormida. Y nos quedamos con nada. Con un gran vacío, que intentamos llenar con retazos y formas, que son un reflejo pálido de aquel cerrado y completo momento que llamamos El Sueño. En el cual vimos, sentimos, palpamos acaso, otra realidad. Mayor. Distinta. Atrayente, espantosa y ajena. Como pecadores expulsados del paraíso, vagamos golpeando las puertas de la engañosa memoria, sin saber cómo entrar. Informe Tunguska, es acaso una puerta de papel y tinta, aquí, para ustedes.

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