Entrevista a Fyto Manga

BILIS NEGRA Y LOS PELIGROS DE LA TELEPORTACIÓN

Entrevista a Fyto Manga

El proyecto que dio vida a la historieta de ciencia-ficción BILIS NEGRA con dibujos de Marcos Borkoski (Fyto Manga) y guión de Mario Markus, se gestó hace poco más de dos años, cuando el empresario gráfico, Pepe "Corbata", contactó a Fyto Manga para realizar algunos trabajos para su empresa. El empresario Ñuñoino deslizó la posibilidad de realizar una historieta para un amigo que estaba en Alemania, pero que iba a volver dentro de poco a Chile, pues tenía ganas de adaptar al lenguaje de la historieta un cuento de su autoría que había publicado en Bolivia. "Yo pensé que no iba a pasar ná"- nos confidencia Fyto mientras hojeamos un ejemplar del álbum y luego sentencia: "Finalmente nos reunimos en casa de Pepe Corbata". Así fue cómo conoció a Mario Markus, prestigioso físico chileno residente en Alemania, y junto al que inició la adaptación de BILIS NEGRA a partir del cuento homónimo del científico.

Quisimos saber más de este álbum que por su temática, su edición a todo color y su distribución en librerías y a precios accesibles (Siete mil pesos), constituye un hito en la alicaída producción editorial local, gracias a la participación de J. C. Sáez Editor, que se arriesgó con este difícil proyecto.

Un lluvioso día de Junio, Fyto se apareció por casa para disectar la historia detrás de la ficción de BILIS NEGRA.

Fyto Manga: El cuento es muy terrible y su nombre tiene que ver a algo con la depresión. Por lo que averigüé, al bipolarismo se le conocía antes como Bilis Negra.

Ergocomics: ¿El cuento original dista mucho de esta adaptación?

F: Es prácticamente igual pero cortamos mucho. Mario Markus ha vivido 30 años en Alemania y de alguna manera en la historia se trata de establecer conexiones entre el personaje de Mathias y Alemania. Por eso siempre ese personaje está pintado con amarillo, negro y rojo, los colores de Alemania. Para Markus representa esa Alemania que de pronto te ataca. Una Alemania a veces sumisa, temerosa pero que de repente destroza toda Europa.

E: ¿Podaste el guión y se lo mandaste de vuelta?

F: Exacto. Yo le mandé un bosquejo y él me hizo muy pocas correcciones. Él no sabía mucho de comic, así que cuando vine a Chile le dije: Estimado, vaya y compre comics. Compró Jodorovsky y Maus de Spiegelman.

E: ¿Qué hay de tí en este trabajo?

F: La narrativa. Procuré que se mantuviera cierta frescura en el aspecto visual que me ha otorgado el manga. Mario me dio chipe libre para dibujarlo en las páginas que yo quisiera y lo dejé en 60.

E: ¿Qué cosas nuevas incorporaste que no habías hecho nunca?

F: Color. Nunca había trabajo en color. Aprendí nuevas herramientas de color en photoshop y otras programas como el Corell y el Open Canvas, que es un programa japonés que permite dar trazos como de acuarela. Mezcla los colores sobre la marcha. Pero tampoco quise hacer cosas demasiado lujosas, porque incluso estoy recién aprendiendo a colorear. Adrián Bussetti participó también en el color de la obra.

Adrián debe ser uno de los mejores coloristas que he conocido en mi vida, gracias a él aprendí cosas que me fueron de gran utilidad en el manejo del color, tonalidades, colores base, degradados y mezclas, temas en los que aún estoy aún en etapa de aprendizaje y en los que espero seguir contando con su apoyo, como soporte y maestro en lo relacionado con el color.

E:¿Cuánto te demoraste?

F: Como dos años. Aunque hubo seis meses en que no hice nada esperando a que una editorial se interesara y ahí fue que apareció Juan Carlos Sáez que sabe de cómics y se interesó porque era novedoso. La gestión la hizo Markus. Sáez le dijo que ningún problema, pero que tenías que ser a color.

E: ¿Te costó enfrentarte a una historieta cuyo tema no era tuyo?

F: Pese a que era un comic científico-reflexivo, alejado completamente de lo que yo hago, que es generalmente manga, acción y pese a que yo venía saliendo de ROC, que es un comic lleno de combos y patadas, meterme en una historia donde te pones a hablar sobre temas filosóficos y científicos y donde los personajes durante páginas y páginas no hacen más que hablar sobre lo terrible que es no tener alma… no me costó tanto. Es un trabajo y tienes que acostumbrarte a eso. Lo que más me costó fue encajar con Mario, que es un tipo perfeccionista, científico y me hizo dibujar mucho.

E: Es como trabajar con un editor, figura a la que en Chile estamos muy poco acostumbrados porque trabajamos mucho para nosotros. ¿Cuál es el tema central en BILIS NEGRA?

F: El libro te introduce en el tema de la teleportación como un elemento real, concreto y posible. Pero habla de algo muy oscuro: ¿El alma existe o no? Y Mario habla sobre el asunto cuántico y él sabe más que nadie en el mundo sobre ese tema. Pero…¿el alma qué es?

E: ¿Sientes que esa idea se desarrolló en el guión?

F: Creo que sí, pero falta todavía, por eso Mario Markus me dijo que íbamos a hacer una segunda parte. Y de hecho hay muchas ganas de editarlo en Europa también.

LA TERCERA PARTE DE "ROC"

E: ¿Qué pasa con ROC? Tu proyecto anterior con el que sólo llegaste a editar la segunda parte de tres…

F: ROC, como todos sabrán, y cómo ya lo expliqué en mi sitio web, cuando Javier (Fyto se refiere a Javier Ferreras, editor de Bandido y de gran número de publicaciones independientes) cerró su editorial, me quedé sin nadie que me imprimiera a los precios que él me ofrecía. Me desanimé un poco. Si las personas que antes te apoyaban estaban mal, qué sacaba… Ahora tal vez, pueda sacar una cantidad de ejemplares para concluir la saga que ya está terminada y lo voy a editar de forma muy barata. Es un compromiso, ya tengo dónde sacarlo y la plata está prácticamente OK.

E: Creo que desde ROC en adelante, has desarrollado un estilo de dibujo más personal, despegándote un poco del manga… ¿Sientes que es así?

F: No hay ningún dibujante japonés al que yo haya querido imitar su trazo. Hay cosas, sistemas. Me gusta como narra Otomo, Fukishima me gustó mucho pero no hay un dibujante que yo diga ESTO es lo que busco. El manga me gusta porque significa muchas cosas para contar una historia bien. Yo estudié comunicación audiovisual por eso, porque me gusta el cine. Me gusta crear cosas, visualmente hablando. Y el manga es la mejor manera de hacer un cómic cercano al cine. En BILIS NEGRA, por ejemplo, hay un homenaje a Juan Giménez en el traje de la teleportación, porque para mí Giménez es lo máximo. Después de ver lo que ha hecho en la Casta de los Metabarones yo dije: esto es una narración monstruosa, un espectáculo sublime. Yo quisiera hacer algo así. Y a esas influencias hay que añadirle la línea chilena y lo que me enseñó Máximo Carvajal… quiero evolucionar y para eso tengo que dibujar más, mucho más. Ahora estoy haciendo unos experimentos visuales, tratando de crear un estilo distinto que no se separe de lo reconocible, de lo que es lo mío y ver qué resulta. Pero para eso tengo que dibujar mucho, trabajar más.

DE CONTADORES DE HISTORIAS Y OTAKUS MALA ONDA

E: En BILIS… se nota un salto, tal vez forzado por la situación de dibujar cosas que tú no habrías hecho…

F: En cierta medida sí, pero también me impuse cambiar. Conservo algunas cosas, estoy limpiando cada vez más mi trazo. De alguna manera descubrí que el dibujante de cómics, no tiene que ser necesariamente un monstruo del dibujo, tiene que ser un buen contador de historias. Esa es la idea. Yo quiero contar historias… Y ese es el dilema de muchos jóvenes que veo en mis talleres de manga y dentro del mundo Otaku y que quieren dibujar, pero que a los cinco minutos de contar una historia, aburren. El comic debe enganchar, sumergirte y hacerte olvidar que estás sentado leyendo.

E: ¿Sientes que hay cierta animadversión hacia ti en el mundo del comic?

F: Del mundo Otaku y del mundo del cómic chileno desde que empecé, por allá por el año 87.

E: ¿Y por qué, por hacer manga?

F: Sí. Muchos me pelaron cuando aparecí dibujando con los Ficcionautas y haciendo cositas en la revista Oxígeno. ¿Y quién es este gueón que hace estas gueás japonesas? Deja de hacer monos japoneses, tienes que ser europeo. Después les dio con el norteamericano. El japonés ha costado que pegue más entre los profesionales, porque público y amateurs de manga, hay montones. Hasta el momento no he encontrado a nadie que haya sacado algo así y que regularmente haya estado metiendo ruido como comiquero y no como ilustrador, porque de eso hay muchos y muy buenos. Yo me siento medio sólo. Tengo muchas esperanzas con las chicas de Acuarela y he hablado mucho con ellas. Ellas, bien, bien y ojalá que puedan hacer cosas a nivel profesional. Yo posteé en ERGOCOMICS algo de por qué hay algunos Otakus que me atacan y yo creo que es por lo que hice en el programa de TV de Bakania. Antes de eso, yo trabajé en El Mercurio, publiqué durante casi cinco años ahí y esos monos andaban dando vuelta y se conocía mi nombre en los círculos Otaku. Fui a muchos eventos de Animé como invitado y todo bien. Pero después de Bakania eso cambió. Yo lo veo así porque ese programa fue muy criticado por un grupo de Otakus que destruyen todo lo que llega su mundo y dónde ellos no están metidos. Son un público muy difícil y eso los hizo considerar que lo mío era más la idea de querer aparecer en televisión como un figurón. Lo único que hacía era hablar de animé. Pero esto le pasa a todo el mundo que sale en TV. Cuando eres una figura mediática, siempre va a haber un grupo de personas que van a rechazarte. El problema es que nunca nadie me ha rechazado frente a frente, así como estamos hablando tú yo. Y eso es muy penca, y me obliga a pensar que son personas escondidas en los foros de Internet, espacios que se prestan para eso.

E: Lo más importante es el trabajo concreto. No hay autores sin trabajo y únicamente puedes juzgar si te gusta o no algo, habiéndolo leído, pero no a partir de tus prejuicios. Los autores son todos aquellos que publican, autogestionándose o no, los demás, no existen.

F: Claro, claro. Ahora yo sé que estoy en un país que aunque la cosa se publicite y haya una metida de ruido grande, no creo que esto vaya a vender. Y esto como arte industrial debe venderse, por eso todos estamos apostando para afuera y por eso Juan Carlos Sáez lo va tirar para Argentina. Vamos a seguir en esto. Yo confío que Mario Markus vuelva ahora en Septiembre y venga con el guión para la segunda parte. Hay Fyto Manga para rato.

COMENTANDO BILIS NEGRA.

BILIS NEGRA ostenta un guión interesante que busca cotas de profundidad. Su guionista, Mario Markus (a quien pueden conocer en la última viñeta de la página seis, posando junto a su personaje Mathias) nos presenta una visión del mundo en el año 2045.

El joven Valerio Zúñiga vive en Pucallpa, al este del Perú. El Amazonas, antaño pulmón del mundo, es ahora un desierto rojo, destruido por la industria maderera. El mundo se divide entre cientifistas y ecologistas. Los primeros, seducidos por el ecofascismo, buscan mejorar la especie humana vía la manipulación genética, los segundos abogan por mantener la raza humana intocada.

Mathias, un joven ecologista, escapa de Alemania huyendo del ecofascismo y se somete a una teleportación ilegal que lo lleva al Perú, donde conoce a Valerio. Juntos visitan a un chamán. La experiencia con el curandero revela que Mathias ha perdido "Algo" en la teleportación, una parte de él ya no existe. Mathias pide a Valerio que lo mate, pues ya no se siente humano, sino más bien una cáscara que carece de ese algo inmaterial que lo hace parte de la humanidad. "El acto de vivir ? reflexiona el personaje de Mathias- se ha transformado para mí en un acto de funcionar, de operar y no se me ocurre por qué y para qué tengo que desempeñar tareas."

La premisa central del álbum aborda dos grandes temas: Las implicancias de la teleportación (hecho científico posible en la actualidad, según documenta el propio Markus en un colofón del álbum y que él mismo se encargó de explicar largamente en su presentación de la historieta en el Goethe Institut de Santiago de Chile) y poner en cuestión la inquietante posibilidad de que ese "Algo", que podríamos llamar alma, sería incapaz de ser teleportada como si de un estado cuántico de las moléculas se tratara. El punto de partida de la reflexión de Markus toma algunos elementos autoreferentes como su vida en Alemania; su experiencia directa en el amazonas con chamanes y alucinógenos, que lo llevó a percibir ese algo que él, con cierto cuidado, llama "Alma"; su rechazo a la deforestación de la selva y su práctica científica. Markus dice que "… la teleportación de objetos grandes y seres vivos dejó de ser ciencia ficción, pues es compatible con las leyes de la física. Su realización es algo técnicamente muy complejo, pero posible" .Pese a que éste es su primer trabajo como guionista de historietas, su acercamiento proveniente desde otras áreas, lejos de dificultar su tarea, parece haberle dado cierta frescura. Si su objetivo era poner en tensión temas complejos de forma accesible, lo ha logrado. Cierto es que hay pasajes que aún resultan largos, tediosos o al menos oscuros, pero intuyo que obedecen a un intento por resumir una idea mayor, perdida en el curso de la adaptación. No obstante, la historia se deja leer sin problemas y de mejor manera que muchos otros intentos locales, incluso menos pretenciosos. La secuencia entre Valerio y el sacerdote, y que permite explicitar gran parte de la intríngulis del personaje, se acerca peligrosamente a una explicación religiosa que (y esto es muy subjetivo) bien pudo sacarse, o acercarla aún más a la experiencia científica.

Fyto Manga se muestra como un dibujante que sabe narrar mientras mezcla, en sus dibujos, cierta iconografía manguesca con un estilo que al mismo tiempo lo sitúa en nuevas tierras gráficas. Notable es la cantidad de documentación que se evidencia en la precisa construcción de imágenes de animales y vegetación amazónica que se aprecian en muchas páginas, construidas a partir de fotos de referencia obtenidas por el propio Markus en sus constantes viajes al Amazonas.

Quizás el personaje más "fytomanguesco" de todos sea precisamente el de Valerio, y el guiño más personal, la inclusión de una enfermera muy parecida a Candy, en la página 17, así como también el traje de teleportación, declarado homenaje a Juan Giménez. Fyto sorprende dibujando de formas a las que no nos tenía acostumbrados, ejercicio que se agradece en todo artista que busca cambiar, aunque ello signifique abandonar los cómodos refugios que los mantienen seguros.

En suma, BILIS NEGRA es un libro con errores y aciertos y que por ello mismo merece lectores que tengan ganas de leer algo que se escapa a las habituales temáticas de la historieta chilena actual, lo que lo convierte en el solitario número uno de un posible corpus futuro y no sólo porque plantee interesantes reflexiones en el camino, sino porque para ambos creadores, ha supuesto un punto de inflexión que puede llevarlos a nuevos derroteros creativos.

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