MARIO IGOR: El genio que vino del sur

Mario Igor

POR CARLOS REYES G.

Agradezco a todos quienes regalaron sus recuerdos, a Máximo Carvajal por la foto de Mario Igor y a Mauricio García por su inestimable y generosa colaboración.

Cuando le pedimos a los amigos de Mario Igor que escribiesen una breve nota para este pequeño homenaje, todos aceptaron gustosos y en rigor el tiempo (nuestro peor enemigo) nos impidió recopilar más opiniones que de seguro habríamos obtenido sin dificultades.

Al escribir estas líneas tengo al lado del computador una foto de Mario Igor que siempre ha estado colgada en la pared del estudio de nuestro amigo Máximo Carvajal y que él gentilmente y después de reiterados “cuídamela” nos ha prestado para ilustrar estas páginas. Podríamos decir que escribo de un autor cuya obra me es conocida pero a cuyo realizador acabo de conocer.

He mirado largamente su foto y he querido inconscientemente establecer esos vínculos imposibles que siempre intentamos hacer entre el aspecto de los artistas que admiramos y su obra… y me doy cuenta de que es un esfuerzo inútil y absurdo. El nexo, si existe, no está ahí en lo evidente, tal vez ni siquiera sea tangible. Es aquello que no se obtiene con becas al extranjero ni con inconfesables movidas políticas, es el toque mágico, ése que Mario Igor tenía de sobra y que tal vez hasta él mismo ignoraba poseer.

Chile como es habitual, desecha su pasado tapándolo con la inmediatez de los éxitos mediáticos y obviamente un futbolista, un músico, actor de moda o una bella animadora serán siempre más populares que un tímido dibujante cuyo trabajo se realiza hora tras otra con la habitual paciencia de la soledad de una mesa de dibujo, una taza de café y algo de música ( si es de su agrado). De ahí que sólo un círculo de admiradores, lectores, dibujantes y guionistas recuerde el nombre de Mario Igor, pero tal vez tú también al ver algunos de sus dibujos llegues a recordarlo. Tal vez recuerdes “El Jinete Fantasma”, el increíble Amauta “El hijo de la montaña”, Mawa en la fabulosa ciudad perdida de Kismet, o incluso hayas saboreado las espectaculares viñetas de “Sigfrido”.

Como es bien sabido en Chile, aún no superamos el trauma de que el cómic es lectura infantil. Es más, para muchos ni escribir ni dibujar son en realidad un trabajo. Chile pierde así a borbotones a muchos grandes maestros del lápiz, cuyos trabajos ni siquiera se reeditan, compilan o exhiben en un acaso imposible museo de la Historieta Chilena. No es pues extraño que en este contexto un gigante como Mario Igor siga siendo un completo desconocido para muchos compatriotas, pese a ser un dibujante “de la puta madre”, dotado como pocos, con un trazo que hasta en el boceto más rápido dejaba entrever la fuerza de un estilo absolutamente personal. Las vigorosas páginas de Mario Igor en su mejor época están llenas de un universo mágico en donde hasta la piedra y los fondos están dotados de un halo mágico que estalla en las ricas vestiduras o andrajos de sus personajes, a veces grotescos seres de mundos imposibles o apolíneos héroes de tintes mitológicos.

Lo verdaderamente importante es disfrutar una vez más de la lectura de las páginas de este mago (como lo define bellamente Félix Vega), de este genio del dibujo que se dio en llamar Mario Igor y que vino del sur. Vaya pues este modesto homenaje de Ergocomics a un dibujante que perfiló tantas de las aventuras que ustedes y nosotros disfrutamos en el amanecer de nuestra imaginación y que aún hoy saben como entonces. Carlos Reyes G, Guionista. Ñuñoa, Chile, Junio 2003

 

CÓMO CONOCÍ A MARIO IGOR

“En el año 1959 la revista “El Peneca” organizó un concurso de historietas llamado “Seriales Ilustradas”. Yo participé y obtuve el segundo lugar. Mario Igor integraba el jurado y tuve la oportunidad de compartir con él en aquella oportunidad. Me llamó la atención su gran sencillez, ese don que sólo tienen los grandes. Recibir un reconocimiento de él, de un dibujante consagrado que yo admiraba mucho, creo que fue el mejor premio que uno recuerda por siempre”. Lincoln Fuentes, dibujante. Chile, Junio 2003.

UN MAESTRO DEL MOVIMIENTO

“Conocí a Mario a fines de 1964, cuando se estaba creando el departamento de Historietas de Zig-Zag. Me enseño a pasar línea, delgada, elegante. Realizamos varias historietas juntos, sobre historia de Chile para revista Okey, ya que él era muy patriota, admirador de los héroes.

Para todos los dibujantes era el Maestro, un enamorado de la historieta. En dibujo él era el movimiento y Romero la elegancia. Fuimos compañeros de trabajo y amigos por más de treinta años y lo acompañé durante su enfermedad, hasta el final”. Manuel Cárdenas Arce, dibujante. Chile, Junio 2003.


LOS HÉROES DEL PASADO

“Decir algo sobre Mario, menudo lío y en Mario Igor un contrasentido, pero que artista no lo es. ¿Cómo lo recuerdo yo después de tantos años? Mario era un genio evidentemente, un artista instintivo (una vez le dije eso y se enojó) Mario, un hombre del sur, fuerte pero increíblemente tímido, sobre todo en el terreno sentimental. Su dibujo era preferentemente un retrato de épocas pasadas, le encantaban las leyendas de caballería, la edad media. Sus trabajos resaltaban la fuerza, la hidalguía, el valor. Sus dibujos recuerdan a los míticos héroes de la Iliada, los dioses del Valhalla. Siempre le quitó el bulto a los guiones en que hubiesen máquinas. Curiosamente él era, cuando se enojaba, un peleador callejero, sobre todo en nuestras noches de bohemia. Quizás fue el más grande artista de cómic de nuestro país sin nada que envidiar a los monstruos europeos o americanos, un señor del comic y la ilustración”. Máximo Carvajal, dibujante. Chile, Junio 2003.


 

EL MAGO

“Me cuesta mucho escribir sobre Mario Igor sin recordarlo como el “Tío Mario” (así lo llamábamos), ya que tuve la suerte desde temprana edad de verlo trabajar junto a mi padre en ilustraciones para cuentos, libros de texto e historietas. Vivíamos cerca de él, próximos a Avenida Matta. Siempre que nos visitaba traía “pastelitos” para compartir con toda nuestra familia, después trabajaba con mi padre en su estudio, generalmente hasta el otro día. Contemplar como hacía aparecer imágenes sobre el papel en blanco -como si éstas habitaran ya en su mente y fueran traspasadas a la superficie de celulosa a través de su brazo, su mano y el lapiz por un misterioso mecanismo supervisado por sus ojos- era para mi como asistir a un acto de magia. A una revelación.

 

Desde muy pequeño vi a Mario Igor como un mago. Hoy sigo pensando que lo fue.Quizás debería usar la palabra genio, ya que él lo era. Era un genio del dibujo y del color. Era un creador en estado puro, un artista completo, irrepetible e irremplazable”. Félix Vega Encina, dibujante. Barcelona, Junio, 2003.


Escaneo gentileza del dibujante Demetrio Babul

UNA LEYENDA URBANA

 

Fué a través de mi amigo y maestro Max Carvajal que conocí a Mario Igor. Yo ya conocía su obra y su leyenda urbana . uno no podía relacionar con aquel personaje afable, de una timidez y humildad extremas a la hora de hablar de su trabajo al príncipe negro, aquel vendaval de los bares de Bellavista . Siempre he pensado que Mario, junto a Max y a Themo Lobos, son los pilares que sustentan la historia del comic de este país. Con un estilo personalísimo e inconfundible, Nos regaló su visión de un mundo de fantasía poblado de bellísimas imágenes. Martín Cáceres Renere, dibujante. Santiago, Agosto, 2003

Mario Igor, Hildegardo Igor, Raúl Correa (con gorra) Coordinador del Departamento de historietas. Fotografía gentileza de Lincoln Fuentes.

Sigfrido y los Nibelungos en La Tercera.

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2 Responsesto “MARIO IGOR: El genio que vino del sur”

  1. carlos dice:

    hola a todos los amigos dibujantes y historieteros, ¿alguien sabe donde conseguir las historias de Sigfrido que don Mario Igor realizó?, sería genial poder ver de nuevo la extraordinaria saga alemana que a mi juicio es la mejor realizada de todas las que he visto tanto de dibujantes nacionales como de otras partes, uno de los grandes fue don Mario, saludos a todos y avisen si alguien sabe algo, suerte

  2. Dead cows dice:

    Hey carlos , yo halle algunos trabajos suyos en algunos numeros de bandido ; especificamente sigfrido.

  3. […] Adaptación del mito germano con el pulcro arte de Mario Igor. Publicado en las revistas Bandido nos. 7, 9, 11 y […]

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